lunes, 26 de enero de 2009

Efimero

Donde ya nadie espera nació como un homenaje personal a todos esos lugares que mueren esperando que alguien los recuerde, y a todas esas personas que en algún momento de sus vidas se sienten así…

Me atraen esos lugares, perderme entre sus adobes y sus tejados encorvados. Permitir que mi mirada deambule por su calles, y no puedo dejar de imaginarme que mi vida no es muy diferente, aunque tampoco encuentre dónde están las similitudes.
Quizá es sólo una romántica nostalgia de lo que me quitaron en una parte de mi vida, lo que hace que vuelva a esos lugares que jamás pisé e incluso ni siquiera había oído hablar de ellos,... y sienta que vuelvo a casa... Quizá sólo soy una nostalgia de la vida, una lunática que busca un lugar donde sentirse ella misma, o simplemente ver y sentir que todo es efímero… también yo.

2 comentarios:

Tempus fugit dijo...

Es un mecanismo humano de ubicación emocional, sobre todo cuando pasan los años y las vivencias han sido muchas...


besos

Anónimo dijo...

La similitud que yo encuentro, está en el paso del tiempo a nivel físico… porque es semejante para todo y todos; al margen y, según el cuidado, o vida que se dé en cada caso. Porque, ya conocemos, que hay casas antiguas en mejor estado físico que otras más nuevas, por el trato y mantenimiento que unas reciben, mientras otras, por el descuido o falta de medios se deterioran antes y mucho más, como sucede, igualmente, con las personas por sus distintas circunstancias.

Comentas, lo que te quitaron en un momento determinado que es, ( o puede ser) en cierto sentido, como un sentimiento del abandono de una parte que uno entrega y otro deja,… nada se lleva de aquello entregado, solo lo deja, viniendo a ser, entonces, como algo sin sentido para el que lo entregó, aunque lo siga teniendo en sí, intacto…


Es como cuando “ocupas” una casa,… la casa se llena de un sentido nuevo con todo lo que llega… Un día, sus habitantes se mudan y la dejan desocupada de ellos y sus cosas. Realmente, nada de la casa, en esencia, se llevan, solo sus cosas y su devenir, pero en apariencia, la casa, vacía, (“abandonada”) parece que hubiera perdido el sentido de ser casa o lo que es en sí misma, “ya ocupada, ya desocupada”

Por otra parte...
Dices, que te atraen esos lugares… Te cuento sobre uno, por si te interesa:
Esta pasada navidad, en una pequeña excursión descubrí uno muy interesante en su historia, que gentilmente, en la parroquia del pueblo cercano, tuvieron la gentileza de contarme en parte… (la otra parte la he buscado por internet) Se trata de un monasterio cartujo abandonado, que hoy, forma parte de una finca de labranza privada. En dicha parroquia, tienen una piedad en piedra maravillosa,(siglo XVII, creo) así como un san José, también en piedra, (al que pude observar que faltaba un pie y el niño/J. que sostenía, sobre un lienzo, en sus manos).Ambos, del antigu monasterio. Tal vez, en mi blog, ponga algo de ello… De todas formas, si quieres ver, La piedad… busca en google: Semana santa de/en Villnueva de Duero (Valladolid)¡Admirable escultura!.

Y, el monasterio, es el de Santa Maria de Aniago. Puse una imagen, la semana pasada en la entrada: “a porfía” (en mi blog). No es muy buena, pues la hice yo misma y no soy muy allá, en eso de hacer fotos. Pero en internet, si te gusta, hallarás muchas más.

Un fuerte abrazo ( y gracias por tus escritos, para mí, magníficos, a pesar, de la puntada de tristeza o melancolía, tantas veces… y que transformas en algo bello, sin embargo)

AdA...