domingo, 28 de diciembre de 2008

Es tiempo de oración

"En un momento dado de la vida, morimos sin que nos entierren. Se ha cumplido nuestro destino. El mundo está lleno de gente muerta, aunque ella lo ignore. " Goethe

Aunque dicen que nunca tenemos una segunda oportunidad para causar una primera impresión, hubo un momento en el tuve el privilegio de redescubrir un lugar al que mis pasos ya me habían llevado hacía tiempo. Una cantidad indeterminada de años, pero suficientes para que al volver, sintiese que yo no había estado nunca allí, que todo era nuevo y la piel volviese a erizarse, como entonces… mejor dicho, como ahora. Otro de esos lugares que la niebla del abandono borra de los mapas, otro montón de adobes que sepultan almas que un día hilvanaron vida, y un viento que recorre calles y se cuela entre esas casas desdentadas y renegadas a su desdichada suerte. Como moribundos son los pasos que uno da por esos lugares que cumplen una condena de alejamiento de la vida, de silencios profundos que se cuelan entre los muros de una iglesia, que un día albergo almas y oraciones, y hoy está preñada de ausencias y tristezas…


4 comentarios:

Tempus fugit dijo...

¡Claro! Conforme leía... me decía... esto me suena... esta sensibilidad... me suena.... pero al ver el pie de foto (Soria) tú y yo no pertenecemos al grupo al que se refiere Goethe.


Besos... llenos de margaritas¡¡¡

almena dijo...

Las "ideas" están insufladas de eterna vida.
:)

Besos!

profetabar dijo...

Cada lugar desconocido, a veces, nos remonta a recuerdos que nunca hemos tenido.
un abrazo grande y mis deseos de que tengas prosperidad en el nuevo año que se avecina.

Anónimo dijo...

Últimamente, he tenido una oportunidad parecida a esto que cuentas (pudiera ser, digo)...

Resultó que "descubrí un lugar" en apariencia muy corriente o vulgar (bastante), aún así, quise conocer algo más profundamente lo que no se veía, digamos, desde fuera o en apariencia. Y "entré..." con una especie de "temor" a no sorprenderme. Es decir, como que me estaba "amparando, en la idea de que, aquello, no valía el esfuerzo; pero en el fondo, no sé porqué, las ganas eran de todo lo contrario, osea... descubrir que mi ilusión o intuición me había guiado bien y había merecido la pena... Y, resultó que sí, me llevé una gratísima sorpresa ... Tanto es así, que cuando vuelvo y veo "desde fuera", la impresión primera no existe ya... Lo que veo me gusta, me es grato, (bastante) y por más que pudiera parecer vulgar, la apariencia, ya no me engaña; en este caso...

Un afectuoso abrazo,

AdA...