martes, 26 de agosto de 2008

Donde ya nadie espera


Dicen que hay un lugar donde ya nadie espera, donde el viento es el arco que arranca notas a esos muros que antes fueron casas y ahora son simples nostalgias. Ausencias que han dejado crecer la hierba y las zarzas, chimeneas que se encorvan, soledades que se filtran entre las piedras y los adobes. Tristezas que salen en busca del sol de primavera, trinos que nadie escucha y silencios que son sepulcros.


La grandeza se va resquebrajándose, las arrugas del olvido aparecen entre las grietas, y el frío se ha acomodado ahí donde un día hubo fuego y pucheros.

Ahí, donde ya nadie espera, porque nadie hay más que las sombras de los recuerdos que se van borrando, porque nadie hay que los cuente, porque nadie hay que le interese escucharlos… Ahí, en todos y en cada uno de esos lugares donde el abandono comienza a acampar a sus libre albedrío como mala hierba que nadie arranca, ahí donde la despoblación ha enmudecido el tañer de la campana, ya nadie reza una oración ni por los que arroparon sus cuerpos fríos con tierra ni por los que salieron en busca del oasis soñado.


Llueve pero nadie lo oye, porque nadie hay… y lo que es más desolador, nadie habrá..