martes, 19 de mayo de 2009

Nuestros pueblos

Pienso mientras recorro con la mirada kilómetros que son pestañeos y lugares que se vistieron de fiesta en otros tiempos y ahora apenas si logran, los más afortunados, con cubrirse la piel con algunos visitantes que buscan olvidarse del mundanal ruido. Nombres propios que luchan por seguir erguidos mientras se encorvan sus paredes y se oxidan sus balcones. Lugares cuya historia morirá en su mayor parte cuando la tierra golpee el ataúd del último habitante que allí anduvo.
Iglesias románicas, atalayas, castillos,… piedras y tejas, polvo y caminos, muchas veces transitados pero cada vez, menos vividos. Silencios que van creciendo como zarzas a su libre albedrío, nostalgias que carcomen los recuerdos. El cáncer de la despoblación recorre nuestros pueblos.

Foto: Balcón en Modamio (Soria)

1 comentario:

Tempus fugit dijo...

¿Sólo nuestros pueblos? ¡ójala! ¿Y las almas?


besos